miércoles, 21 de marzo de 2007



Texto leído con motivo de la presentación del libro “Educación en Afectividad y Sexualidad” de Jaime Cano Galrza; 5 de octubre de 2006.Por José Luis Ramos
Carlos Amat y León cuenta que en la plaza de armas de Tumbes cuando el calor se torna insoportablemente sofocante, no falta alguien quien, en busca de protegerse del inclemente sol, busque la sombra de los cocoteros que existen en el lugar; pero al ser éstos poco frondosos, no queda más remedio que pararse muy cerca de los troncos. Pues bien, los cocos de estos cocoteros maduran y caen estrepitosamente al suelo, y, a veces, sobre la cabeza de algún desprevenido; por ello los tumbesinos, sabiamente, han bautizado a estos árboles como “mata cojudos”. Los cojudos se caracterizan pues, dice Amat, por no saber dónde están parados; y luego colige que el Perú es un país de cojudos. Yo creo que esta opinión peca de nacionalista, pues no es el país, sino el planeta el que está poblado de cojudos.Pero los terrícolas no sólo no sabemos dónde estamos parados sino que ni siquiera sabemos quiénes somos. “Saber o no saber -diría un Hamlet posmoderno- “he ahí el dilema”; pero la verdad es que el asunto ha sido ya resuelto: hemos optado por no saber. La ignorancia es la absoluta vencedora en la democracia de principios de este siglo, salió elegida casi por unanimidad. No obstante, hay que recordar que la historia no se ha cansado de demostrarnos que ha menudo son las minorías las que tienen la razón; en este caso esas minorías que se niegan a convertir su vida en donuts, tv y cerveza, al estilo de Homero Simpson; o en fútbol, pollada y tv a la usanza nacional. A esas minorías pertenece Jaime Cano Galarza quien apuesta por sacar del terreno de la ignorancia un asunto tan importante como la sexualidad, porque a final de cuentas somos un cuerpo, pero no cualquier cuerpo, somos un cuerpo sexuado; somos polvo, mas polvo enamorado, han repetido los poetas desde Quevedo hasta Blanca Varela.Lo que intento decir, junto a los cocoteros de la plaza de armas de Tumbes, es que no podemos saber quiénes somos si desconocemos cómo funciona nuestra sexualidad. Y en ese sentido, el libro de nuestro profesor y amigo representa un esfuerzo digno de admiración y agradecimiento.El libro se estructura en 13 lecciones que abarcan temas desde la anatomía y fisiología de la reproducción humana hasta el riesgo de los embarazos no deseados, pasando por la afectividad y las relaciones sexuales. Y en cada una de las lecciones, se presenta el tema, se explicita los objetivos y se propone un conjunto de actividades y una modalidad de evaluación. Es evidente, entonces, que el libro resultará de primera utilidad no sólo para quienes deseen aprender de sexualidad y afectividad, sino, y acaso sobre todo, para quienes deseen replicar los conocimientos que nos transmite el texto; es decir maestros, padres de familia, orientadores de adolescentes, personal de salud, etc.“El sexo no se habla, se hace”, se escucha a menudo; pero tan desatinada frase sólo la repiten aquellos que no saben cómo hacerlo, y es que no se puede hacer bien lo que no se comprende; aunque paradójicamente sea también nuestra ignorancia la que nos hace pensar que lo hacemos muy bien –“bien aventurados los imbéciles porque nunca sabrán que lo son”, escribí en algún poema- Para encontrar la verdad, habría que preguntarle a la pareja, y de hecho los estudios que se han hecho al respecto han dado resultados bastante desalentadores. Los terrícolas no tenemos una vida sexual plena, ni siquiera satisfactoria; y siendo la sexualidad una parte fundamental de nuestra condición de seres humanos (los animales tienen sexo, pero no sexualidad) debemos concluir que somos seres inacabados, incompletos, faltos de “completud”. Somos ángeles caídos, no del palto, sino de los cocoteros.Puesta en duda nuestra supuesta racionalidad por la historia, pudiéramos decir que lo que nos diferencia de los animales es que somos seres “erotizados”. Pero tanta bendición vino acompañada de la maldición de no saber actuar como tales; y últimamente hasta hay grupos de prédicas “deserotizadoras” que en su supuesta veneración a la divinidad nos quieren quitar aquello que nos aleja de nuestra animalidad.Por todo esto, es sumamente grato presentar el libro que nos convoca esta noche: “Educación en Afectividad y Sexualidad”; el que, por las razones que ya he explicado, tiene que necesariamente partir de los asuntos más básicos de nuestra sexualidad para que pueda ser entendido por quienes estamos en el kinder en este tipo de temas, es decir, casi todos; pero al mismo tiempo, y esa es una virtud a destacar, no cae en la superficialidad fácil ni en el banalismo del boom editorial; sino que partiendo de lo básico se interna en asuntos más especializados y también más polémicos; recordemos que el sexo es un tema en el que las posiciones por lo general se construyen a partir de la propia experiencia, la que se constituye en la vara con la que hemos de medir lo “pervertido” de las experiencias ajenas. Y en este punto tengo que advertir, es mi opinión, que por momentos el libro adopta una posición demasiado cercana a la concepción médica de la sexualidad en detrimento de la teoría de género por ejemplo, o de la construcción cultural de los cuerpos de la que hablaba Michael Foucoult. Pero todo libro se firma, y es por tanto la expresión de una posición teórica determinada que puede ser compartida o no por los lectores; y siempre es mejor leer libros que dicen cosas diferentes de las que uno piensa; el eco suele fascinar al principio, pero enseguida aburre y enceguece.El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española consigna como significado de sexualidad lo siguiente: “conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo” y en una segunda acepción: “apetito sexual, propensión al placer carnal”; felizmente la vida es mucho más compleja y rica que los diccionarios; pues hay en el concepto de sexualidad un asunto que no debemos soslayar, y es el hecho de que la sexualidad se da con respecto a un otro o una otra; aún en la práctica del onanismo se da esta condición, pues los seres humanos somos capaces de ser nosotros mismos y otros u otras al mismo tiempo; pero no nos compliquemos y aceptemos por un momento que la sexualidad es a final de cuentas un tipo de relación especial con alguien que no somos nosotros, luego la sexualidad no está ubicada en nuestro cuerpo ni en el cuerpo de nuestro o nuestra amante, sino en la relación que se da entre ambos; de alguna forma la sexualidad está “deslocalizada” de nuestros cuerpos y es al mismo tiempo profundamente corporal, es sudor y aire, carne y espíritu.Y aquí viene a cuenta que Jaime Cano ha tenido el acierto de vincular en su libro la sexualidad con la afectividad, es decir el apego por el otro, aquí el diccionario de la RAE nos va a ayudar mucho más: “desarrollo de la propensión a querer”; y es que el autor apuesta por una sexualidad basada en los sentimientos, lo que no podía ser de otra forma siendo Cano antropólogo de formación y autor de un libro titulado “Antropología del amor”, que convendría también leer para complementar el texto que estamos comentando.Dicen los ultraconsevadores religiosos que tener relaciones sexuales sin amor nos animaliza, pero la verdad es que nos vuelve capitalistas. La desacralización del sexo no es obra del demonio, sino de una sociedad erigida a imagen y semejanza del libre mercado que ha mercantilizado hasta las relaciones humanas.Aquí conviene recordar a Octavio Paz y su libro La Llama Doble, en donde reflexiona acerca del sexo, el erotismo y el amor. El Premio Nobel mexicano analiza como el capitalismo, y en general el proyecto de la modernidad, ha atentado contra el amor. Dice el autor de “Libertad Bajo Palabra” que el sexo tiene como única finalidad la reproducción, pero que el sexo en el ser humano está rodeado de cosas que no están relacionadas a la perpetuación de la especie, es más, somos la única especie que tenemos sexo asegurándonos de que no tenga nada que ver con la reproducción; es a este sexo no reproductivo a lo que Paz llama erotismo, y es sobre él que se construye el amor, o la afectividad para no ser tan pretenciosos. Lo otro es la pornografía y la mercantilización del cuerpo; la máquina de follar de Bukowsky, y no la revolución, es lo que está a la vuelta de la esquina.Así, el libro de Jaime Cano alcanza sucesivas dimensiones cuando salta de la mera fisiología, a qué hacemos culturalmente con nuestros órganos y finalmente a cómo ese asunto nos lleva a una propensión al querer. Si nos fijamos bien, se trata de un road movie que nos lleva de la ignorancia al autoconocimiento, para que cuando el sexo empiece a calentarnos la cabeza no corramos a pararnos bajo la sombra de los cocoteros tumbecinos.Espero no haber dado muchas vueltas sobre el asunto ni haber recurrido a la confusión para pasar por intelectual, pues lo único que quise decir esta noche es que el libro de Jaime Cano Galarza es de lectura obligatoria porque nos saca de cojudos.

2 comentarios:

Walter Salas y el Corso dijo...

A la opinión publica:

Soy Walther Salas Raá y por primera vez salgo públicamente a defenderme de una seria de acusaciones de las cuales soy victima a diario. Salgo valiente y combativo para que de una vez por todas dejen de ocuparse de mí, un pobre sociólogo que nada tiene, pero que tampoco nada debe a nadie.

Soy un hombre honrado, luchador, de origen oscuro y humilde, en fin, un sociólogo que nació para la sociedad y para el desvalido.

Se me acusa de haber desfalcado EMECSA, la empresa que cree en la alcaldía de Guillen Benavides, falso, recuerdan ustedes que aquellos años, se hacían las mejores fiestas de Arequipa, esta empresa los hizo, con serenatas descentralizadas, en La Marina, Plaza, Ovalo del Terminal, Mariano Melgar, en fin en muchos lugares a la vez, que no vaya gente en cantidad a todos estos lugares no es mi culpa, se lo perdieron, pero la intención era grande. (Si me hubieran dejado unos años mas, otra seria la historia). Desfalco en la empresa?, si, pero por mí si no por el conserje, (Agapito Altamirano, alto y fortachón) él que tenia mi confianza plena, me fallo, robó y yo como un gran caballero me inculpe para no afectarlo, esto lo digo por primera vez, lo asumí, pague mi culpa de extrema confianza en un ser que me pago mal, lo odia hasta la fecha, pero guardo gratos recuerdos de él.

En cuanto al Corso del 2008, otra vez peque de confiado, otra vez me fallaron, no tengo suerte, esta vez un sinvergüenza, cuyo nombre no rebelare por ahora, algún día lo haré, la razón, es casado y no quiero destruir su hogar en recompensa de los recuerdos que aun conservo y que los guardare hasta la muerte, pero si continua con esa actitud caprichosa de no querer responder mis llamadas, lo rebelare y que se atenga a las consecuencias, yo por mi parte lo superare como “Macho”. Esta vez, como antes, este señor se aprovecho y cobro por debajo a algunas delegaciones para participar en el Corso, de ahí que había muchas delegaciones y no había muchos ingresos, en la conchudes quiso compartir ese dinero conmigo, por supuesto que se lo rechacé, insistió y finalmente acepte, pero prestado, no como una participación delictiva, sino como un préstamo, aún le debo.

Cuando hablan de que he lucrado con las salidas al campo de los estudiantes de la Escuela y Unidad de Turismo, otra mentira, otra infamia, una dolorosa difamación que hiere mi ser, mis sentimientos y mi honor. Lo rechazo categóricamente, lo grito a los cinco vientos que no es verdad.

En este caso, no soy quien cobra, como lo hacen otros docentes de la facultad, en este caso yo sólo me limito a recomendar a una agencia, previamente seleccionada por su calidad y prestigio, ellos hacen los tratos con los alumnos responsables del viaje, al final la agencia me llama y me agradece por confiar en ellos y me entrega un documento para mi currículo y un sobre con dinero, dinero que procede de las sobre ganancias de dicha empresa, donde está el delito?, donde la corrupción, acaso no es justo que las empresas paguen por las sobre ganancias, yo no les pido, es mas parece que a Alejandro Málaga le dan más, estoy evaluando la posibilidad de recomendar otra agencia, por esta y otras razones, eso se llama transparencia y confianza en la libre empresa y la formalidad.

Finalmente, quiero expresar mi agradecimiento a las nuevas autoridades, en especial al Dr. Víctor Raúl Sacca por su confianza, por dejarme estar a su lado para manejar la facultad, agradecer por dejarme ser su motor de triunfo y de trabajo, no los defraudaré, los acompañare hasta que surga una nueva posibilidad, hasta esa fecha seré fiel y contribuiré al desarrollo de la facultad y de los que lo gobiernan.

A mis alumnos, gracias por dejarme ser como soy, humilde, responsable, académico y versado en muchas cosas, gracias por soportarme, les debo mucho, sobre todo cuando viajan.

A mis amigos, los quiero mucho, gracias por sus palabras de aliento y por estar a mí lado en los momentos difíciles, en especial a “….” Tú sabes que me refiero a ti cariño, sin ustedes mi vida hubiera sido un caos, les debo mí vida.

Fredy dijo...

Saludos a Walter desde la incontrastable ciudad de Huancayo. Apoyandolé desde la distancia sobre la labor en esa ciudad. Le invitaría para que nos visite y pueda compartir su experiencia académica y empresarial.
Fredy Machicao